Bitácora personal

miércoles, 27 de febrero de 2013

INSACIABLE: Deseos tan desmedidos, que no se pueden saciar.

Nací a la temprana edad de los 20, aunque tengo que reconocer que con solo 15 (con la edad del pavo y todo eso) ya tenía pensado nacer, pero a quien me tenía que traer al mundo no le pareció buen momento. Soy el blog de Ángela Balbás. Es publicista, o está en proceso de ello, y ya sabéis como es ese de ese tipo de gente, prefieren presentar cosas que presentarse a sí mismos, así que me ha tocado a mí el trabajo sucio.


Todo empezó un 14 de febrero en clase de "Educación, Comunicación y Sociedad en el contexto digital". Se dispone a llevar a cabo un ejercicio periodístico. Preguntas cortas y personales  con un compañero con el fín de fijar pautas para una autobiografía. La primera entrada de un blog. Mi nacimiento. Ángela se asombró al ver que antes de hacer las preguntas a su compañera Rosa Gallardo (rosagallardofernandez.blogspot.com.es) ya conocía las respuestas. 
Lo que la llevó a la siguiente reflexión: la adaptación a Segovia, obligatoria puesto que tenía por delante varios años estudiando Publicidad y RRPP había sido más que satisfactoria. Ahora estudia lo que más la gusta. Tiene nuevos amigos. Una nueva vida está comenzando.

Pero antes de del 23 de septiembre, de llegar por primera vez a Segovia, Ángela tenía otra vida de la cual no se ha olvidado  y de la que sigue disfrutando en vacaciones, por teléfono y en su mente, recordando buenos momentos.




Ángela vivía en Palencia y estudiaba el bachillerato tecnológico. Pero para ello, y muy a su pesar, se cambió de instituto, razón por la que conoció a gente nueva que han marcado un antes y un después en su vida. Gente importante que la han hecho madurar y crecer como persona. Anteriormente disfrutaba de la adolescencia típica de cualquier chica de la edad: ropita, chicos, cambios de humor y acné.



Siempre la gusto ir al pueblo, pero a partir de esta edad empezó a disfrutar más y más. Aunque como todo, esto siempre tenía su lado malo: elegir. Elegir entre el pueblo de mamá, donde estaban algunos de sus amigos que conoce desde que tiene uso de razón y donde había pasado grandes momentos de la infancia; o el pueblo de papá, donde lo que al principio era tan solo el atractivo de salir con gente más mayor para descubrir nuevas cosas acabó siendo el origen de grandes momentos, recuerdos y amistades.



La infancia de Ángela se resume brevemente en bajar al barrio a jugar con sus vecinos, ir a clase y hacer trastadas. Siempre fue muy inquieta, su abuelo la llamaba “eléctrica”. No había un solo día que no estuviera haciendo picias, la encantaba estar rodeada de destornilladores, pegamentos, y demás útiles para desmontar juguetes,  el problema es que luego nunca sabía volverlos a montar.
Pero lo que realmente siempre hacía Ángela era estar detrás de su hermana mayor. Desde que Ángela nació han estado juntas, hasta para hacer la primera comunión aunque tuvieran diferente edad, pero  a pesar de que se pasasen el día discutiendo y odiasen cosas como que su madre las vistiese igual, Ángela no sabía ir a ningún lado sin ella, su padre decía que iba como un “perro tonto” detrás. Su abuela, en cambio, siempre la decía que tenía un poco de envidia pero yo creo que tan solo quería imitarla ya que toda esa envidia en realidad era admiración.



Ángela odia la navidad, y vamos a ser realistas, no es por todo eso de “el consumismo” o “porque el espíritu de la navidad se ha perdido”. Yo creo que es porque la navidad tan solo la traen malos recuerdos: La eterna discusión por dónde comer el día de navidad, llamadas telefónicas solo por cumplir, reuniones de familia que solo se juntan por compromiso, ... Pero los dos peores recuerdos de la navidad son la muerte de su abuela materna, y una grave enfermedad en su padre que, afortunadamente, solo quedó en un susto.



Ángela no siempre ha vivido en Palencia, hasta los 3 años vivía en Madrid con su hermana de la que ya os he hablado, su padre y su madre.
Su padre, a causa del trabajo, se pasaba las semanas de viaje. Tan pronto estaba en Bilbao como en Sevilla, por ello fue su madre quien tuvo que dedicarse íntegramente a la educación de sus hijas. Sin ayuda, ya que su familia vivía lejos, dejó el trabajo, las amistades y toda su vida para estar con sus dos hijas, 24h. al día, e inculcarlas unos valores. Un gran esfuerzo que la ha costado tener una vida propia, pero gracias a ello siempre pudo estar orgullosa de que la gente la dijese “tienes unas hijas ejemplares”.



El 23 de julio de 1992 Ángela fue dada a luz por cesárea en el hospital la Paz de Madrid después de haber tenido a su madre un par de meses de reposo  absoluto.



A sus 20 años, Ángela puede presumir de tener a la abuela que mejor hace las tortillas de patata del mundo, haber dejado el chupete a los 2 años por voluntad propia, ser la última persona bautizada en su pueblo mientras se daba la misa de domingo, haber aprendido sonreír ante cualquier situación y lo más importante, de tener un espíritu insaciable, con insaciables ganas de vivir. Insaciables ganas de aprender.






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