Nací a la temprana edad de los 20, aunque tengo que reconocer
que con solo 15 (con la edad del pavo y todo eso) ya tenía pensado nacer, pero
a quien me tenía que traer al mundo no le pareció buen momento. Soy el blog de
Ángela Balbás. Es publicista, o está en proceso de ello, y ya sabéis como es
ese de ese tipo de gente, prefieren presentar cosas que presentarse a sí
mismos, así que me ha tocado a mí el trabajo sucio.
Todo empezó un 14 de febrero en clase de "Educación, Comunicación
y Sociedad en el contexto digital". Se dispone a llevar a cabo un ejercicio periodístico. Preguntas cortas y personales con un compañero con el fín de fijar pautas para una autobiografía. La primera entrada de un blog. Mi nacimiento. Ángela se asombró al ver que
antes de hacer las preguntas a su compañera Rosa Gallardo (rosagallardofernandez.blogspot.com.es) ya conocía las respuestas.
Lo que la llevó a la siguiente reflexión: la adaptación a Segovia, obligatoria puesto que tenía por delante varios años estudiando Publicidad y RRPP había sido más que satisfactoria. Ahora estudia lo que más la
gusta. Tiene nuevos amigos. Una nueva
vida está comenzando.
Pero antes de del 23 de septiembre, de llegar por primera
vez a Segovia, Ángela tenía otra vida de la cual no se ha olvidado y de la que sigue disfrutando en vacaciones,
por teléfono y en su mente, recordando buenos momentos.
Ángela vivía en Palencia y estudiaba el bachillerato
tecnológico. Pero para ello, y muy a su pesar, se cambió de instituto, razón
por la que conoció a gente nueva que han marcado un antes y un después en su
vida. Gente importante que la han hecho madurar y crecer como persona. Anteriormente
disfrutaba de la adolescencia típica de cualquier chica de la edad: ropita,
chicos, cambios de humor y acné.
Siempre la gusto ir al pueblo, pero a partir de esta edad empezó
a disfrutar más y más. Aunque como todo, esto siempre tenía su lado malo:
elegir. Elegir entre el pueblo de mamá, donde estaban algunos de sus amigos que
conoce desde que tiene uso de razón y donde había pasado grandes momentos de la
infancia; o el pueblo de papá, donde lo que al principio era tan solo el
atractivo de salir con gente más mayor para descubrir nuevas cosas acabó siendo
el origen de grandes momentos, recuerdos y amistades.
La infancia de Ángela se resume brevemente en bajar al
barrio a jugar con sus vecinos, ir a clase y hacer trastadas. Siempre fue muy
inquieta, su abuelo la llamaba “eléctrica”. No había un solo día que no
estuviera haciendo picias, la encantaba estar rodeada de destornilladores, pegamentos,
y demás útiles para desmontar juguetes, el problema es que luego nunca sabía volverlos
a montar.
Pero lo que realmente siempre hacía Ángela era estar detrás de su
hermana mayor. Desde que Ángela nació han estado juntas, hasta para hacer la
primera comunión aunque tuvieran diferente edad, pero a pesar de que se pasasen el día discutiendo y
odiasen cosas como que su madre las vistiese igual, Ángela no sabía ir a ningún
lado sin ella, su padre decía que iba como un “perro tonto” detrás. Su abuela,
en cambio, siempre la decía que tenía un poco de envidia pero yo creo que tan
solo quería imitarla ya que toda esa envidia en realidad era admiración.
Ángela odia la navidad, y vamos a ser realistas, no es por
todo eso de “el consumismo” o “porque el espíritu de la navidad se ha perdido”.
Yo creo que es porque la navidad tan solo la traen malos recuerdos: La eterna
discusión por dónde comer el día de navidad, llamadas telefónicas solo por
cumplir, reuniones de familia que solo se juntan por compromiso, ... Pero los
dos peores recuerdos de la navidad son la muerte de su abuela materna, y una
grave enfermedad en su padre que, afortunadamente, solo quedó en un susto.
Ángela no siempre ha vivido en Palencia, hasta los 3 años vivía
en Madrid con su hermana de la que ya os he hablado, su padre y su madre.
Su padre, a causa del trabajo, se pasaba las semanas de
viaje. Tan pronto estaba en Bilbao como en Sevilla, por ello fue su madre quien
tuvo que dedicarse íntegramente a la educación de sus hijas. Sin ayuda, ya que
su familia vivía lejos, dejó el trabajo, las amistades y toda su vida para
estar con sus dos hijas, 24h. al día, e inculcarlas unos valores. Un gran
esfuerzo que la ha costado tener una vida propia, pero gracias a ello siempre
pudo estar orgullosa de que la gente la dijese “tienes unas hijas ejemplares”.
El 23 de julio de 1992 Ángela fue dada a luz por cesárea en
el hospital la Paz de Madrid después de haber tenido a su madre un par de meses
de reposo absoluto.
A sus 20 años, Ángela puede presumir de tener a la abuela que
mejor hace las tortillas de patata del mundo, haber dejado el chupete a los 2
años por voluntad propia, ser la última persona bautizada en su pueblo
mientras se daba la misa de domingo, haber aprendido sonreír ante cualquier situación y lo más importante, de tener un espíritu insaciable,
con insaciables ganas de vivir. Insaciables ganas de aprender.
SONANDO: